Por Juan Copovi
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1 de septiembre de 2025
1. La piel: una barrera protectora esencial La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano , representando aproximadamente el 16 % del peso corporal total . Está formada por tres capas principales : Epidermis : la capa más superficial, actúa como escudo frente a agresores externos. Dermis : ubicada debajo de la epidermis, alberga fibroblastos, colágeno y elastina. Hipodermis : la capa más profunda, compuesta principalmente por tejido adiposo, que sirve de reserva energética y aislante térmico. 👉 Funciones clave: actuar como barrera química, microbiana y física, regular la temperatura corporal y permitir la percepción sensorial (tacto, dolor, presión, temperatura). 2. Colágeno y fibroblastos: el motor de la juventud cutánea Las fibras de colágeno tienen una vida media de aproximadamente 15 años . Son responsables de la firmeza, resistencia y elasticidad de la piel. Los fibroblastos dérmicos son las células encargadas de sintetizar nuevo colágeno y elastina . Sin embargo, con el paso del tiempo: Se reduce el número y actividad de los fibroblastos. La producción de colágeno disminuye progresivamente. Esto se traduce en un agotamiento general del colágeno , flacidez y aparición de arrugas. 📌 Comparación útil: los fibroblastos son como los “arquitectos” de la piel; con la edad, cada vez hay menos arquitectos trabajando y las “estructuras” (colágeno y elastina) se deterioran. 3. Cómo ayudan las tecnologías estéticas avanzadas El gran reto de la estética avanzada es estimular la bioactividad de los fibroblastos para compensar la pérdida natural de colágeno. Tecnologías destacadas: Radiofrecuencia (RF): induce calor controlado que estimula la contracción del colágeno existente y activa la producción de nuevo colágeno. Láser fraccionado CO₂ o Er:YAG: crea microlesiones controladas que desencadenan procesos de regeneración dérmica. HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad): produce coagulación térmica a nivel dérmico profundo, favoreciendo la neocolagénesis. Fototerapia LED (luz roja e infrarroja): activa procesos bioquímicos en fibroblastos que aumentan su metabolismo y capacidad regenerativa.